El régimen de Nicolás Maduro continuó este sábado con la novela de golpe de Estado e intento de magnicidio al intentar vincular al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, con un supuesto robo de armas del Palacio Federal Legislativo.
«Tenemos el testimonio en audio que implica a Guaidó con los hechos. Además, el día de ayer (el presidente encargado) confesó el delito a través de las redes sociales al decir que los detenidos (Erick Sánchez y Jason Parisi) forman parte de su equipo», dijo Rodríguez durante una rueda de prensa transmitido por el canal del Estado VTV.
Rodríguez indicó que la investigación surge luego de los hechos del 26 de abril donde Guaidó frustró un intento de secuestro a su equipo sobre una autopista en Caracas.
«El señor Guaidó protagonizó una pantomima al este del Caracas para desviar los graves hechos que estábamos denunciando en una conferencia. Unos de los efectivos de seguridad portaba un arma de guerra, la misma que fue sustraída el 30 de abril. Todo eso condujo una investigación que se llevó a cabo por más de 30 días», aseveró.
Para el funcionario del régimen de Maduro, el personal de seguridad de Guaidó que fue detenido el viernes, Erick Sánchez y Jason Parisi, intentarían vender las armas, 5 fusiles con sus cartuchos, por más de 30 mil dólares.
«Por un lado están en una mesa de diálogo (en Barbados y Oslo) y por el otro lado persisten en la agenda violencia», dijo Rodríguez, declaraciones que despertó el rechazo de los venezolanos que aseguran que el oficialista encubrió el asesinato en la Dgcim del capitán de fragata, Rafael Acosta Arévalo.
Más temprano, Diosdado Cabello confirmó la detención del equipo de seguridad de Guaidó y los tildó de mercenarios.
«Ayer (viernes) fueron capturados dos mercenarios que trabajan con ‘Juanito Alimaña’ (Guaidó). Iban a vender cuatro fusiles de los que usaron el 30 de abril que se robaron. Estaban negociándolos», aseguró Cabello desde una marcha oficialista en rechazo al informe que muestra las violaciones a los derechos humanos en Venezuela presentado por la alta comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
«Nosotros hacemos nuestro trabajo de inteligencia. Estaban vendiendo en 7 mil dólares cada fusil. Ahora están detenidos. Fue un trabajo de inteligencia muy limpio, muy bien hecho», agregó.