Las tensiones entre el gobierno chavista y la Unión Europea se profundizaron vertiginosamente durante los últimos días. Ambas partes declararon personas "non gratas" a los jefes de sus delegaciones diplomáticos, evidenciando un decrecimiento de las relaciones entre Caracas y Bruselas, abriendo distintas posibilidades para el próximo escenario.
En primera instancia, el Palacio de Miraflores declaró persona “non grata” a embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante. Por lo tanto, dio 72 horas a la diplomática para salir del país, como respuesta a las sanciones en contra de 19 funcionarios venezolanos.
La Cancillería del gobierno chavista expulsó a Brilhante porque las sanciones europeas suponen un “irrespeto a la Constitución”. “Hemos llamado la atención (de la UE) ojalá que haya una evaluación sosegada (…) que hagan un proceso de análisis reflexivo, que puedan deponer esas actitudes injerencistas y prepotentes”, dijo Jorge Arreaza.
Esta es una medida que ya tomó el gobierno chavista en junio de 2020, después que la Unión Europea impusiera sanciones en contra de 11 funcionarios. Sin embargo, el Palacio de Miraflores revirtió la decisión después de establecer un diálogo con Bruselas.
Un nuevo escenario entre el gobierno chavista y la UE
El gobierno chavista desistió de expulsar a Brilhante el año pasado. En junio de 2020, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó que el desde el bloque europeo manejaban activar medidas de “reciprocidad” en contra de Caracas.
En aquella ocasión, se logró evitar la confrontación. Poco después, ante el inminente proceso parlamentario del 6 de diciembre, hubo un acercamiento entre Bruselas y Caracas. Incluso, el bloque europeo apostó por la participación de la oposición en las elecciones y por un diálogo, pero sin resultados positivos.
Sin embargo, este febrero no se logró repetir el escenario y la Unión Europea dio el importante paso de declarar persona “non grata” a la jefa de la misión diplomática chavista. Por ende, es posible que Bruselas tome una posición contraria a Caracas y brinde un respaldo más claro a la oposición.
Lo que sí es un hecho es que las relaciones entre ambas partes están en su punto más crítico en el tiempo reciente. De tal forma, la Unión Europea puede perder el rol de un intermediario entre ambas partes, después de la firme posición que evidenció este jueves contra el gobierno chavista.