La justicia estadounidense considera inconstitucional que el presidente Donald Trump bloquee a sus críticos en Twitter, la plataforma favorita del presidente para comunicarse con los ciudadanos. Aunque le insulten.
Un tribunal federal de apelaciones con sede en Nueva York ha establecido este martes que el mandatario no puede acallar a los usuarios que piensan distinto porque eso atentaría contra la Primera Enmienda, establecida en 1791 con el fin de proteger la libertad de expresión, según publicó el diario español El País.
«Al resolver esta apelación, les recordamos a los litigantes y al público que si la Primera Enmienda significa algo, significa que la mejor respuesta al discurso desfavorecido en asuntos de interés público es más diálogo, no menos», afirmó el juez de circuito Barrington Parker.
El Instituto Knight interpuso la demanda contra el mandatario en nombre de siete personas que fueron bloqueadas por él, por manifestarle sus opiniones políticas. Uno de ellos era Philip Cohen, profesor de Sociología de la Universidad de Maryland que le escribió un tuit que decía: “Corrupto, incompetente, autoritario”, motivando su bloqueo.
La decisión de este juez ratifica lo establecido por un tribunal de primera instancia del Distrito Sur de Nueva York, que en 2018 dictaminó que “bloquear a los demandantes por sus opiniones políticas supone una forma de discriminación”.
La defensa de Trump alegó que así como el presidente se podía retirar de un acto público si lo increpaban, tampoco estaba obligado a escuchar a quienes le critican en la red social. Para la jueza, sin embargo, los tuits del presidente «son de naturaleza gubernamental».
Trump tiene más de 60 millones de seguidores, publica en promedio 15 tuits en un día relacionados a sus labores de Gobierno, el personal de la Casa Blanca y sus quejas contra los demócratas.
El Segundo Tribunal de Apelaciones del Circuito de los EE UU en Manhattan defendió que la Constitución “no permite que un funcionario público que utiliza una cuenta de redes sociales para todo tipo de propósitos oficiales excluya a las personas de un diálogo porque expresan opiniones con las que el funcionario no está de acuerdo», escribió el juez Parker.
En Venezuela, el jefe de Estado en disputa, Nicolás Maduro, así como sus ministros o personajes como el fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, tienen bloqueados a centenares de usuarios de Twitter. Claro, las fallas de estos gobernantes son muy superiores a las de Trump, y por supuesto, el nivel de las críticas es mucho más elevado.