Cada año, los 29 de junio la feligresía venezolana recuerda el fallecimiento del llamado «el médico de los pobres», el doctor José Gregorio Hernández, o como algunos gustan llamarlo «un santo sin aureola».
La muerte de José Gregorio Hernández ocurrió en la esquina de cardones en La Pastora cuando se dirigía a atender a una paciente, pero fue atropellado por un vehículo.
El «médico de los pobres», fue velado en la casa de su hermano José Benigno, situada de Tienda Honda a Puente La Trinidad.
Debido a la gran cantidad de devotos el cuerpo tuvo que ser trasladado al paraninfo de la Universidad Central de Venezuela, donde una multitud le rindió admiración y cariño.
El proceso para su beatificación comenzó en 1949, bajo la tutela del arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo.
Gracias a la gran cantidad de testimonios que atribuyen diversos milagros de sanación, el papa Juan Pablo II declaró a Hernández venerable el 16 de enero de 1986.
Sin embargo, falta la confirmación del Vaticano para que sea beatificado y canonizado.
El 18 de enero de 2019, el cardenal Baltazar Porras presentó ante la Congregación para la Causa de los Santos en El Vaticano, el expediente del presunto milagro a la niña Yaxury Solórzano Ortega, ocurrido en San Fernando de Apure.