Por Juymar García
El trabajo diplomático en Venezuela siempre se caracterizó por ser uno de los más impecables de la región, contábamos con un cuerpo diplomático cimentado en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, por allí pasaban todos y cada uno de nuestros embajadores y las credenciales que acumulaban nos llevaron a ocupar sillas en importantes cargos en el exterior, donde esos mismos venezolanos adquirían mucha más experiencia para representar la gloriosa patria de Simón Bolívar.
La despedida de Francisco “Quico” Paparoni
Esta semana hemos despedido a uno de ellos, sin mayores glorias ni ese protocolo que hubiese sido una gala por lo que se refiere a las costumbres de la diplomacia mundial, esos estándares que rigen que bien merecía haberlos tenido después de ser nuestro representante en tan dignos cargos como:
- Vicecónsul en Nápoles - Italia
- Cónsul en Milán - Italia
- Primer Secretario en la Embajada de Varsovia - Polonia
- Primer Secretario en la Embajada de Paris - Francia
- Ministro Consejero en la Embajada de Washington - EEUU.
- Embajador en Canadá – EEUU.
- Director de Política Internacional.
- Embajador en Perú.
- Embajador en Holanda.
- Embajador en España.
- Y por último representante de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA)
Es solo un hasta luego embajador
El protocolo diplomático, uno de los más difíciles de afrontar como attaché, las exequias de Paparoni, merecían que especialistas como Pedro Vargas Ponce – QEPD o el mismo Víctor Mendoza, organizaran su despedida, la pandemia y quizás la falta de conocimiento de nuestra historia reciente; y sus figuras destacadas, nos brindaron únicamente la oportunidad de un adiós austero, con cantos de despedida que nos sacaron las lágrimas, pero sin duda muchas cosas han cambiado en la sensibilidad y merecimiento de honores protocolares de nuestros representantes, que entregando su vida y estabilidad personal recorrieron el mundo dejando el nombre de Venezuela muy en alto.
No puedo cerrar esta columna de hoy, sin antes mencionar la lectura de las cartas de despedida que los representantes de la OEA, en su momento, dejaron patente de la muy destacada labor de Francisco Paparoni Minuta por donde lo llevó el trabajo diplomático por 41 años, tampoco puedo dejar de mencionar la carta que el Rey Juan Carlos le dedicará tras su destacada labor en España.
Rescatar la tradición de la diplomacia y esa investidura y respeto que merecen nuestros representantes hoy más que nunca nos hacen reflexionar, cuando solo vemos declaración de “personas non gratas”, expulsiones, cierres de embajadas, que cada día nos aíslan más del mundo y las relaciones que nuestros embajadores una vez dejaron el buen nombre, trabajo consular y diplomático por el solo hecho de hacer el mejor trabajo para el mejor país del mundo Venezuela.
Hasta luego Francisco Paparoni, mis sinceras condolencias a su esposa, hija, hermanos, familiares, amigos y a toda esa gente hermosa que con total cariño nos acompañaron para decirle al Excelentísimo Señor Embajador.
Francisco Quico Paparoni Minuta, solo es un hasta luego…
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