Si algo ha tenido esta Copa América es emoción. Ya conocíamos el nivel de las selecciones que integran Conmebol, además de la grata sorpresa que resultaron ser los dos países invitados. Pero, sin duda, todo el protagonismo se lo ha «robado» el gran debutante en estos torneos: el VAR.
Quienes no lo conocían, ya lo hacen y es que el videoarbitraje ha llegado para revolucionar el fútbol y todos hablan de él. Las redes sociales lo han convertido en tendencia y diversas opiniones se siguen generando en todo el mundo; incluso abrió un nuevo capítulo en la historia de los memes y no es para menos. Al momento de escribir esta columna y una vez visto todos los equipos, el ya famoso VAR ha dejado su firma con tinta indeleble en prácticamente cada uno de los partidos.
Actuó 13 veces y 8 de los 10 partidos tuvieron intervención de la tecnología, pero quizás el dato más preocupante es que los encuentros han estado parados 33 minutos. Desde el momento en que en la sala avisan al principal la revisión de la jugada, su posterior discusión y el casi siempre acercamiento al monitor al borde de la cancha, el misterio, drama y desconcierto se apodera no solamente de los espectadores, sino también de quienes estamos transmitiendo, al no observar lo mismo que ellos. Solo durante el Argentina-Colombia y el Chile-Japón esa caminata no ocurrió, mientras que un análisis del colega Julian Saal en Twitter determinó que el VAR ha quitado esos 33 minutos e hizo énfasis en que la jugada que más tiempo llevó para determinar su validez, fue un gol anulado en el Perú-Venezuela, donde el colombiano Roldán tardó cuatro minutos para su decisión.
La verdad es que si hay un equipo que no puede quejarse es precisamente Venezuela, históricamente la «cenicienta» desfavorecida ante los gigantes del continente y que ha visto caer 5 goles en el arco de Fariñez, finalmente no convalidados, siendo los tres de Brasil los más llamativos. Tanto, que llevaron a Dudamel en rueda de prensa a elogiar la máquina con un rotundo «Viva el VAR», afirmado que llegó para dar justicia en el fútbol.
Hasta el propio Nicolás Maduro durante un acto en Caracas soltó «Gracias al VAR hubo justicia porque en el pasado era injusto, metían un gol en ‘offside’ y se declaraba». Pese a que los números demuestran su efectividad, he mantenido una postura firme y, si bien no me opongo, creo que las formas no han sido las mejores.
El problema NO es la tecnología, sigue siendo quien decide. Si de algo presume la UEFA es de rapidez pero de este lado del mundo pasa todo lo contrario. La ausencia de imágenes y gráficas no colabora, mientras los reclamos vienen y van. Muchos afirman que el sistema encontró errores imperceptibles para el ojo humano y desde mi punto de vista no es del todo una buena noticia.
Todo esto trajo a mi mente las películas de Terminator por aquello de la «rebelión de las máquinas» y es que a medida que el VAR actúa se reafirma como la vedette y los árbitros quedan más expuestos, sobre todo los pobres jueces de línea. El tener el recurso los invita a confiarse y terminan estando pintados en las rayas.
Por cierto, el protocolo menciona que «no hay límite de tiempo para el proceso de revisión, ya que la precisión es más importante que la rapidez». Hasta ahora la gran anécdota ocurrió durante el partido inaugural, donde por un error en el micrófono se pudo escuchar la conversación entre Pitana y Loustau, pelón subsanado rápidamente por la empresa proveedora de tecnología para el siguiente partido y todo volvió a ser secreto.
Si todos pensáramos igual, sería un mundo muy aburrido. Sus defensores pregonan justicia y se agarran al 98 % de acierto que tuvo durante la última Copa del Mundo en Rusia, primera que implementó el videoabritraje. Otros más románticos añoran el fútbol pasado con sus tradicionales equivocaciones que consideran parte del fútbol. Lo cierto es que las máquinas fueron creadas para que el hombre las domine y no al revés.
El margen de mejora aún es grande y deben copiarse ejemplos de otros deportes. A estas alturas no hablamos de Messi, Suárez o James. La gran figura ha sido el VAR y su juicio final.
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