Los expertos en salud coinciden en que lo más recomendable es hacer 30 minutos de ejercicio al día, sin embargo, hay veces que no tenemos tiempo, por lo que hay que ser ingenioso.
En primer lugar, debes motivarte. Cuando tengas claros tus motivos para ejercitarte es tiempo de entrar a la acción.
Primero que nada, debes fraccionar el ejercicio, no tienes que hacer 30 minutos de ejercicios corridos, puedes hacer 10 minutos de sentadillas y flexiones de pecho en la mañana, una caminata de 10 minutos después del almuerzo y luego jugar algún deporte como fútbol o baloncesto por un rato con los amigos o los niños, reseñó Montevideo.
A menudo, el traslado a nuestro trabajo suele tomarnos mucho tiempo, puedes aprovechar ese trayecto usando una bicicleta, con caminatas o trotando. Esto sirve además para disminuir el estrés y ahorrar dinero.
Otra opción puede ser levantarte temprano para ir a entrenar. Programa el despertador 30 minutos antes y activate desde temprano.
Aunque el ejercicio de la mañana puede ser una grandiosa manera de comenzar el día, si no eres una persona madrugadora puedes sentirlo como una penosa obligación. En vez de esto, trata de hacer ejercicio a la hora del almuerzo o después del trabajo.
Es importante que mantengas una rutina, y que siempre a la misma hora, realices tus ejercicios para que lo conviertas en un habito.
Puedes, además unirte a algun equipo deportivo de tu comunidad, ya que al hacer deportes en equipo, tus compañeros te motivarán para que no te rindas.
Mientras que en tu trabajo puedes proponer un grupo de acondicionamiento físico, tus compañeros de trabajo probablemente enfrentan las mismas luchas que tú frente al ejercicio.
Si regularmente te encuentras con un amigo para tomar café o almorzar, piensa más bien en convertir ese momento en una cita para hacer ejercicio.
Aunque a veces puede ser complicado, prueba motivar a tus familiares para que también se empiecen a poner en forma contigo y te acompañen.